BALANCE ENERGÉTICO NEGATIVO EN VACAS LECHERAS
MEDIANTE EL USO DE MUESTRAS DE SANGRE, ORINA Y LECHE
Resumen
El objetivo de este trabajo fue comparar y asociar la presentación de cetosis subclínica y balance energético negativo (BEN), diagnosticados mediante las concentraciones de – hidroxibutirato (βHB) plasmático, con indicadores sanguíneos, urinarios y lácteos de energía en vacas lecheras. Setenta y cuatro vacas Holstein-Friesian fueron empleadas desde la tercera semana preparto hasta la octava posparto, obteniéndose muestras de plasma, orina y leche semanalmente; en plasma se determinó las concentraciones de βHB, ácidos grasos no esterificados (NEFA) y glucosa; en orina se realizó la prueba de Rothera y se determinó la excreción de βHB y el pH; en leche se determinó el contenido de grasa y proteína. Se consideró como puntos de corte para cetosis βHB >1,0 >1,2 y >1,4 mmol/L y para la presentación de BEN cuando NEFA >300 μmol/L en preparto y βHB >0,6 mmol/L en el posparto.
Luis Gabriel Cucunubo 1 , Clarissa Strieder-Barboza 2 , Fernando Wittwer 3 y Mirela Noro 3* 1Departamento de Salud Animal, FMVZ, Universidad de Tolima, Ibagué, Colombia. 2Grupo de Investigación en Nutrición, Toxicología y Reproducción Animal, FMVZ, Universidad Cooperativa de Colombia, Bucaramanga, Colombia. 3Inst. Cs. Clín. Vet, Universidad Austral de Chile, Valdivia, Chile, FMVZ
La intensidad de la reacción de la prueba de Rothera y la concentración de βHB urinario se relacionaron con las concentraciones de βHB plasmático (r=0,57, P<0,05 y r= 0,42, P<0,05, respectivamente). La prueba de Rothera se asoció con los distintos puntos de corte de cetosis (P<0,05), así como con BEN (P<0,05). La concentración plasmática de βHB presentó una asociación leve (P<0,05) con NEFA y glucosa y nula (P>0,05) con los indicadores lácteos y el pH urinario. Se concluye que las reacciones leve y moderada de la prueba de Rothera en orina son indicadores de BEN, mientras que las reacciones moderada e intensa son indicadoras de cetosis subclínica.
Las vacas lecheras (Bos taurus), desde el periodo preparto hasta la octava semana posparto presentan balance energético negativo (BEN) debido a la disminución del consumo de materia seca en el preparto y al incremento en la demanda energética para la producción de leche en el posparto, que conlleva a una movilización lipídica para suplir sus requerimientos energéticos [11]. La movilización lipídica incrementa la concentración plasmática de los ácidos grasos no esterificados (NEFA), los cuales son trasportados al hígado para su esterificación o producción de triacilgliceroles. Sin embargo, está asociado a una mayor demanda de oxalacetato para la gluconeogénesis durante el BEN, hay un mayor ingreso de NEFA a la mitocondria para producir cuerpos cetónicos, β-hidroxibutirato (βHB), acetoacetato (AcAc) y acetona (Ac), los cuales son una fuente de energía en los bovinos adultos. A su vez, cuando su producción excede la capacidad del organismo para utilizarlos, sus concentraciones se incrementan produciendo cetosis [17].
La cetosis es una enfermedad metabólica que afecta principalmente a vacas lecheras de alta producción, entre la 2da y 8va semana posparto. Se caracteriza por disminución en la glucemia y aumento de la concentración de los cuerpos cetónicos en los tejidos y fluidos orgánicos [5]. La cetosis, en sus formas clínica y subclínica es una de las enfermedades metabólicas más frecuentes en los rebaños lecheros generando un impacto negativo debido al costo de tratamiento, merma en la producción de leche y mayor incidencia de enfermedades y problemas reproductivos [14].
La cetosis subclínica se caracteriza por presentar concentraciones plasmáticas de βHB mayores a 1,4 mmol/L, sin signos clínicos aparentes, por lo cual pasa desapercibida en los rebaños lecheros [3]. Se describe que, concentraciones plasmáticas ≥1,2 mmol/L incrementan en 4,7 veces la presentación de cetosis clínica [22], y que concentraciones ≥1,0 mmol/L en la primera semana posparto reduce en un 25% la tasa de preñez en la primera inseminación [26]. Por otro lado, las concentraciones de βHB plasmático 0,6 mmol/L son indicadoras de BEN en el rebaño [27].
La determinación de βHB plasmático es considerada la prueba de oro para el diagnóstico de cetosis subclínica [3, 15]; a su vez, existen otras pruebas diagnósticas como la de Rothera [3] que determina cuerpos cetónicos mediante la reacción de la Ac y AcAc con nitroprusiato de sodio. La prueba de Rothera en muestras de leche presenta una alta especificidad (98 al 100%) y una baja sensibilidad (5 al 44%), al utilizar como punto de corte la concentración de βHB plasmático 1,4 mmol/L [9]; por otro lado, utilizando muestras de orina con el mismo punto de corte, la misma prueba presenta una especificidad de 96 a 99% y un incremento en la sensibilidad (49 a 76 %) [3].
El monitoreo del balance energético con la determinación de la concentración plasmática NEFA, es otra herramienta diagnóstica de la movilización lipídica, desde el preparto [25] y para predecir el riesgo de presentación de cetosis subclínica [15], visto que concentraciones de NEFA mayores a 300 μmol/L en el preparto incrementan la presentación de cetosis en 3,6% [15]. Por otro lado, la determinación de la glucemia es otra forma de monitorear el BEN pero su sensibilidad es baja al presentar un fuerte control homeostático hormonal, el cual mantiene sus concentraciones sin cambios marcados [11].
La composición grasa y de proteínas de la leche, así como su razón (contenido de grasa: proteína, G:P láctea) son también indicadores del metabolismo energético [14]. La razón óptima G:P láctea varía de 1,0 a 1,25; vacas con valores de G:P láctea superiores a 1,5 al inicio de lactancia presentan mayor riesgo de cetosis [6].
El objetivo de este trabajo fue comparar y asociar la presentación de cetosis subclínica y BEN, diagnosticados mediante las concentraciones de βHB plasmático, con indicadores sanguíneos, urinarios y lácteos de energía en vacas lecheras.
ARTICULO COMPLETO DIAGNOSTICO DE CETOSIS SUBCLINICA Y BALANCE ENERGETICO NEGATIVO EN VACAS LECHERAS