ETOLOGIA APLICADA A LA PRODUCCIÓN BOVINA

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ETOLOGIA APLICADA A LA PRODUCCIÓN BOVINA

La aplicación de la etología a la ganadería permite mejorar la eficiencia de producción a través del manejo sin estrés de los animales. El uso de estos criterios permite minimizar el impacto de procesos estresantes sobre el rendimiento del animal y la calidad del productO.

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Aquí se tratan también los resultados obtenidos por investigadores de la Universidad de Utah sobre el comportamiento del ganado en pastoreos de corta duración y su impacto sobre la pastura.

La etología o ciencia del comportamiento animal ofrece un importante caudal de conocimientos, referidos a especies productoras de alimentos (bovinos, porcinos, aves) o ligadas al estilo de vida (caninos, equinos, animales silvestres).
Su aplicación a la ganadería se centra en los sistemas intensivos de producción de carne o leche, así como al impacto del confinamiento, el transporte y el manejo previo a la faena sobre el rendimiento animal y la calidad del producto. El aprovechamiento de la etología en la producción ganadera constituye una ventaja competitiva que permite aumentar la eficiencia a bajo costo, como corresponde a una tecnología de procesos o capital intelectual.

El comportamiento animal y la ganadería

Los siguientes son algunos conocimientos de aplicación general en la ganadería:

  • El estrés del animal al final de un proceso (p.ej.: la manga) se desencadena, con el tiempo, en las etapas iniciales del mismo (p.ej.: la juntada en el potrero). Si se maltrata a los animales, con el tiempo reaccionarán al maltrato mucho antes de que éste se produzca. Los bovinos y ovinos recuerdan experiencias de maltrato hasta 3 años.
  • Los bovinos reconocen entre 70 y 120 miembros de su especie. Cualquier agrupamiento mayor genera problemas cotidianos de jerarquía, que aumentan con la territorialidad y agresividad de la raza y del género, así como con la densidad.
  •  El uso de toros mayores de tres años junto con toros más jóvenes puede deprimir la fertilidad (y el progreso genético) de los rodeos, pues el toro veterano impide los nuevos acercarse a las vacas en celo, llegando a controlar simultáneamente hasta tres de ellas, aunque no las pueda montar
  • Los toros en descanso deben estar todos juntos para que se establezca el orden social. Caso contrario, esto se producirá mediante peleas al poner en servicio toros de distinta procedencia o lotes, con lo que disminuye la actividad sexual.
    La incidencia de la distocia aumenta con el nivel de intervención humana, siendo mayor cuanto más se ayuda a la vaca que va a parir.
  • Las conductas agresivas de los animales surgen ante eventos sorpresivos, cuando se los pone en situaciones donde no tienen opciones claras, o cuando se los maneja por la fuerza bruta. La novedad y el desconocimiento aumentan la resistencia de los animales al manejo. Una cosa tan simple como pasar los animales por las instalaciones un par de veces antes de trabajarlos reducirá los niveles futuros de estrés. Los australianos lo denominan «moldearlos» (patterning). Los terneros habituados a estímulos ambientales y al cambio de parcela se adaptan más rápido al destete, y ganan más peso, que los criados en medios aislados y sin cambios.
  • La falta de confianza del humano en sí mismo, que se traduce en la conducta poco dominante, atrae el ataque de los toros. Los toros que atacaron una vez, tenderán a volver a hacerlo. Los humanos que han sido atacados una vez, tenderán a ser atacados nuevamente.
  • La ganancia de peso de animales altamente estresados es un 40% menor al de sus compañeros poco estresados. Esta diferencia de estrés reconoce causas genéticas y de manejo.

La etología en el tambo

Aplicada a la lechería, esta ciencia nos aporta conocimientos como los siguientes:

Si un rodeo supera las 120 vacas, el dividirlo en dos aumenta la producción entre un 10 y 20%. El límite parece ser 70 cabezas. Las vacas mantienen un orden de entrada a la sala de ordeño. Los cambios en la composición del rodeo deprimen la producción, hasta que se recompone el orden interno.

La personalidad del tambero tiene influencia directa en el rendimiento de sus vacas. El tambero ideal es un tipo humano seguro e introvertido, que no pierde la calma. Si el tambero tiene un problema, los rendimientos diarios bajan del 1 al 3 %, aunque siga las mismas rutinas y no exteriorice el malestar.

Los ruidos agudos o súbitos interrumpen la rutina. La música, mientras no sea ruidosa, cubre ruidos sorpresivos menores, no afecta a las vacas y puede ayudar al trabajador, e indirectamente, a las vacas.
El estrés del tambero es máximo cuando falta 1/3 de las vacas, lo que se proyecta sobre las vacas. No se recomiendan sesiones de ordeño de más de una hora y media.

Cuando el ordeño está asociado a experiencias desagradables (hacinamiento, picanas, portones electrificados), se genera estrés al iniciar la rutina, haya o no maltrato. La vaca estresada no irá de buen grado a la sala, y defecará y orinará abundantemente, además de producir menos leche. La cuenta de células

 

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