IMPACTO DEL ESTRÉS TÉRMICO EN LA VACA SECA SOBRE EL DESARROLLO DE LA GLÁNDULA MAMARIA

El estrés térmico en la vaca seca impacta en la lactación de la vaca, hijas y nietas. Skibiel et al. (2018a) reportaron que las novillas de vacas con estrés térmico tuvieron alvéolos mamarios más pequeños, compuestos por pocas células secretoras de leche en su primera lactación.

Eial Izak, Manejo

Los resultados indican que la exposición intrauterina indirecta al estrés térmico puede alterar la trayectoria del desarrollo e iniciar una combinación de fenotipos ineficientes, que contribuirán a un bajo rendimiento de las hijas y nietas. Sin embargo, estos datos fueron obtenidos de novillas 2 años después de la exposición al estrés térmico prenatal.

Al nacimiento, la glándula mamaria consiste en una gran almohadilla grasa (estroma, armazón de tejido conectivo de sostén) y un parénquima relativamente pequeño (futuro tejido de síntesis de leche). Después del nacimiento hay un incremento del tamaño de la almohadilla grasa y el parénquima. La Dra. Bethany Daddo-Senn et al., de la Universidad de Wisconsin, publicaron el año pasado un trabajo para determinar el impacto del estrés térmico en la vaca seca sobre el desarrollo de la glándula mamaria en becerras al nacimiento y postdestete (63 días).

El estrés térmico en vacas al final de la gestación afecta a las próximas dos generaciones

Estudio

Los grupos evaluados fueron los siguientes: 41 vacas en el grupo con enfriamiento (sombra, aspersores y ventiladores) y 41 vacas en el grupo de estrés térmico (sombra solamente), durante los últimos 54 días de gestación. En la Tabla 1, pueden observarse las diferencias en la morfología de la glándula mamaria al nacimiento y postdestete a favor del grupo con enfriamiento.

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