En esta segunda parte del trabajo, analizaremos los resultados que han obtenido los investigadores en los ensayos in vivo y detallaremos con más detenimiento la biohidrogenación de las grasas en el rumen, proceso que como ya vimos es el paso posterior a la lipolisis, primer proceso al que se ven sometidas las grasas que entran al rumen.
Este proceso se considera como una adaptación detoxificante (Kemp et al., 1984), y contribuye marginalmente a la eliminación de los equivalentes reductores producidos por la fermentación ruminal (Lourenço, et al. 2010).
La biohidrogenación (BH) comprende varios pasos, dependiendo de los AGI, y varias vías, dependiendo de la dieta y e ambiente ruminal (Griinari et al., 1998).
Los protozoos engloban bacterias, y la biohidrogenación bacteriana puede tener lugar dentro de los protozoos (Jenkins et al., 2008) y explicar sus altas concentraciones de productos intermediarios (Devillard et al., 2006).
Más allá de los estudios basados en los aislamientos seleccionados, se han realizado intentos para evaluar in vivo la relación entre bacterias del rumen y la biohidrogenación agregando bacterias y midiendo sus productos, o agregando suplementos dietéticos que se sabe que afectan a la BH y medir la abundancia de bacterias.
Los estudios in vivo de adición de grasa han demostrado que no hay cambios o disminución en los géneros de protozoos totales y principales.