LA MASTITIS, PRINCIPAL PATOLOGÍA DE LA UBRE

La ubre de la vaca es sensible a muchas enfermedades, pero es sin duda la mastitis la que con más frecuencia afecta a las vacas dedicadas a la producción lechera.

Esta enfermedad tiene una gran importancia ya que es la causa de grandes pérdidas económicas, por lo que es fundamental su prevención y tratamiento.

Las vacas afectadas presentan diferentes síntomas en función de los gérmenes causantes de la infección, pero, además, hay que tener en cuenta que las mastitis subclínicas (en las que no se evidencian síntomas) son responsables de pérdidas de producción y calidad de leche.

Un breve apunte sobre la estructura de la ubre y producción de leche

La ubre es una glándula formada por células que sintetizan y secretan la leche, y que van confluyendo en conductos que se unen para desembocar en un espacio de almacenamiento, la cisterna de la leche, que se abre al exterior a través del canal del pezón. En las vacas, la ubre está dividida en cuatro cuarterones independientes, con su pezón correspondiente.

El periodo de lactación comienza después de cada parto y termina con el secado.

La mastitis provoca grandes pérdidas económicas en las explotaciones lecheras

La mastitis es la inflamación de la ubre, generalmente por una infección, consecuencia de la penetración de bacterias patógenas a través del pezón y que invaden el tejido mamario, alterando la calidad de la leche.

La mastitis produce enormes pérdidas económicas en las granjas lecheras. Se ha estimado que alrededor del 25% de las vacas en lactación tienen infección mamaria en al menos un cuarterón durante el primer mes de lactación. Algunos estudios han calculado que el coste de la mastitis supone 117€ por vaca y por lactación.

Estas pérdidas económicas se deben sobre todo a los siguientes factores:

  • Aumento del recuento de células somáticas debido a la inflamación, y penalización en el precio percibido por el ganadero por la venta de la leche.
  • Alteración de la composición de la leche: menor proporción de grasa, proteína y lactosa, y alteración del pH.
  • Pérdida de producción de leche.
  • Aumento de las tasas de reposición de vacas.
  • Mayores gastos en medicamentos y tratamientos veterinarios.
  • Desechos de leche por respeto de los periodos de retirada de los tratamientos.
  • Impacto negativo sobre la reproducción: menor tasa de concepción, aumento de los

    días abiertos, aumento de la tasa de inseminaciones por concepción.

    La mastitis es un proceso en el que intervienen muchos factores

    De forma clásica se ha definido la mastitis como una enfermedad multifactorial: se necesita generalmente que actúen varios factores de forma simultánea. En primer lugar, es necesaria la presencia de bacterias, que penetran en la ubre y dan lugar a la infección. Según las características de las bacterias causantes, la mastitis que se produzca será de diferente gravedad. Por otra parte, la vaca puede tener predisposición a padecer mastitis si tiene una conformación determinada de la ubre, lesiones en los pezones, o un sistema inmunitario deficiente. Y, en tercer lugar, el ambiente juega un papel determinante en la diseminación de bacterias a la ubre: se pueden producir contagios a través de la máquina de ordeño, las manos de los ordeñadores y otros utensilios, el suelo donde se acuestan las vacas, a través de moscas, etc. Los estados de inmunodepresión causados por el estrés, las parasitosis o las malas condiciones de manejo también juegan un papel fundamental en la instauración de la infección.

    La instauración de la mastitis depende de más factores que simplemente los microorganismos que las desencadenan. Se considera que los factores inherentes al animal y el medio ambiente son decisivos para el desarrollo de la enfermedad.

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