LA SELECCIÓN GENÓMICA

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LA GENOMICA EN LA GANADERIA

En este artículo vamos a intentar resumir los conceptos básicos de la genética y de la genómica, revisaremos cómo podemos implementar con facilidad su empleo en las ganaderías y, sobre todo, hablaremos de los beneficios que obtendremos de su uso.
 egún se cuenta, un buen día, D. Miguel de Unamuno, escritor, filósofo y rector de la Universidad de Salamanca, estando con un alumno suyo, que se esforzaba mucho en sus estudios pero que apenas conseguía resultados académicos exitosos, dijo la famosa frase “Lo que natura no da, Salamanca no presta”. En otras palabras, lo que la genética le había negado al pobre estudiante, no podría ser reemplazado por la mejor educación.

Eugenia Peralta, Alfredo Suárez, Nacho Peón, José M.a San Miguel Servicio Técnico de Rumiantes de Zoetis

Valiéndonos de esta anécdota y permitiéndonos la comparativa, podríamos decir que lo mismo nos ocurre con nuestras vacas: no podemos esperar grandes cantidades o calidades en la producción, ni una larga vida útil, si la genética de la vaca adolece de los genes necesarios para ello. Seleccionar a los animales mediante su valor genómico para los rasgos que nos interesan y descartar aquellos que no nos aportan valor es la clave en el progreso genético de nuestras explotaciones.

Sabemos que todas las células que forman un individuo contienen en su núcleo el mismo material genético en forma de ADN. Denominamos gen a un segmento de ese ADN que va a definir o formar parte en la definición de un carácter fenotípico, por ejemplo, el color de los ojos. Si yo tengo el marcador de color de ojos verde, tendré los ojos verdes, pero si tengo el gen de ojos negros, mis ojos serán negros. En realidad, todo esto es un poco más complejo, pero lo más importante es entender el concepto.

Por otra parte, al conjunto de todos los genes de un individuo o de una especie en particular se le denomina genoma y a la ciencia que estudia ese genoma con el fin de predecir la función de esos genes y las interacciones que puedan tener entre ellos, se la denomina genómica; dicho de otra manera, la genómica estudia los genes de un individuo para predecir los caracteres que va a desarrollar durante su vida.

SELECCIONAR A LOS ANIMALES MEDIANTE SU VALOR GENÓMICO PARA LOS RASGOS QUE NOS INTERESAN Y DESCARTAR AQUELLOS QUE NO NOS APORTAN VALOR ES LA CLAVE EN EL PROGRESO GENÉTICO DE NUESTRAS EXPLOTACIONES

Hasta hace poco, la única forma que teníamos de predecir el potencial genético de una novilla que naciese en nuestra explotación era calculándolo en base al promedio de sus padres (PA). Para ello se hace la media en base a las habilidades que tengan sus padres para transmitir un carácter (a esas habilidades de transmisión se les denomina PTA). Vamos a poner un ejemplo: si compramos el semen de un toro con una PTA en leche de 1.000 y tenemos una vaca cuya PTA en leche es 500, podremos calcular que el PA medio de todas sus hijas será de 750 (1.000 padre + 500 madre/2 = 750). Sin embargo, sabemos que no todas las hermanas completas (mismo padre y misma madre) van a ser iguales ni van a producir lo mismo, ni van a tener la misma vida útil. Las posibles combinaciones entre los genes de un toro y los de una vaca nos pueden llegar a dar 1.152.921.504.606.850.000 individuos distintos, que son hermanos completos, con un PA idéntico. Acertar en un cruzamiento con el individuo deseado es casi tan difícil como pronunciar este número.

PROGRESO GENÉTICO

La primera pregunta que una persona debería hacerse antes de realizar un proyecto de mejora genética en su ganado es: ¿cuál es el objetivo que tengo en mi granja? Tendré que saber si quiero producir litros de leche o mejorar las calidades o, a lo mejor, lo que busco es enfocar el futuro de mi explotación, aumentando la vida productiva de mis animales o simplemente necesito seleccionar vacas que mejoren la reproducción. Como bien se puede entender, cada granja tiene su objetivo y la genética y la genómica son herramientas que nos van a ayudar para mejorar el progreso genético de la población en el menor tiempo posible. Si un ganadero quiere seleccionar a sus animales por kilos de proteína y otro prefiere hacerlo en base a la conformación de las patas y las ubres, debemos entender que uno no es mejor que el otro, simplemente que cada uno de ellos tiene sus propios objetivos y ambos se podrán apoyar en la genómica para acelerar el progreso genético de su ganadería.

Así, tiene que quedar claro que lo primero que debemos hacer es conocer nuestros objetivos y, una vez que los hayamos definido y tengamos en la mano los resultados genómicos de la evaluación que hemos hecho, el siguiente paso es tomar las decisiones en base a esos resultados. Los datos por sí solos no tienen ningún valor, tenemos que saber qué queremos hacer con ellos y, sobre todo, hacerlo. La toma de decisiones es el único camino que nos va a llevar a tener los mejores animales en nuestro rebaño en base al objetivo establecido, es decir, a generar una mejora genética en nuestra granja.

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