LAS VACAS EN TRANSICIÓN TIENEN REQUERIMIENTO DE COLINA Y METIONINA
La suplementación con colina protegida en el rumen no afectó los metabolitos sanguíneos, pero disminuyó el contenido hepático de triglicéridos.
Thomas R. Overton Profesor en la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Vida, de la Universidad de Cornell
Estudios realizados durante los últimos 15 años apoyan los roles de colina y metionina en la nutrición de vacas.
Tanto la colina como la metionina juegan roles esenciales en el metabolismo de los mamíferos. La colina es una cuasi-vitamina que posee varias funciones, entre ellas la de ser el fosfolípido predominante en las membranas de todas las células del cuerpo (como fosfatidilcolina), componente del neurotransmisor acetilcolina y precursor directo de la betaina en el metabolismo del radical metilo (figura 1).
Además, la deficiencia de colina en las especies monogástricas usualmente resulta en el desarrollo de hígado graso, entre otros síntomas. Por otro lado, la metionina es un aminoácido esencial, componente de proteínas, y es comúnmente considerado uno de los dos aminoácidos limitantes para la producción de leche y proteína de la leche en vacunos. Tanto la colina como la metionina, han sido el centro de varios estudios en vacas en transición durante los últimos 10 a 15 años y ambas han mostrado efectos positivos en la productividad de la vaca, en la etapa de lactación temprana. La metionina puede contribuir a la biosíntesis de fosfatidil colina, por su rol como donador de grupos metilo. En un estudio realizado años atrás usando cabras lactantes, colina y metionina marcadas radioactivamente para determinar la cinética y las interconversiones entre los dos compuestos, se observó que el 6% del total de la colina se derivaba de la metionina (Emmanuel y Kennelly, 1984).
Dada la interrelación descrita previamente, han surgido preguntas en cuanto a la sustitución potencial de la metionina por colina, o respecto a si la suplementación de colina es necesaria cuando ya se está suplementando metionina. Sin embargo, si examinamos la literatura existente en ganado lechero, hay poca evidencia que la metionina sea un sustituto relevante de la colina; por el contrario, cada uno de estos nutrientes tiene distintos efectos en la vaca en transición.
Investigaciones en las vacas en transición
Piepenbrink y Overton (2003) determinaron que las vacas alimentadas con colina protegida en el rumen (RPC, por sus siglas en inglés), durante la etapa preparto y lactación temprana, tienden a presentar niveles mayores de leche corregida por grasa (en promedio 2.4 kg por día) durante la lactación temprana, también presentan una tendencia a un menor depósito de palmitato, marcado radioactivamente en triglicéridos del hígado in vitro y una mayor concentración de glucógeno hepático, evidenciando un mejor metabolismo del hígado. En este estudio, las dietas fueron formuladas para cumplir con los requerimientos de metionina usando harina de maíz. No existieron efectos significativos en los niveles de ácidos grasos no esterificados (NEFAs) y betahidroxibutirato sanguíneo (BHBA).
Zahra et al. (2006) reportaron que las vacas alimentadas con RPC incrementaron su producción de leche (0.53 kg por día) durante la lactación temprana; pero los efectos de la suplementación de RPC en los NEFAs y el BHBA sanguíneos, y en la composición hepática, no fueron significativos.
Cooke et al. (2007), usando un modelo de restricción de alimento en vacas en seca, evaluaron si la suplementación con RPC podría prevenir y aliviar la acumulación de triglicéridos en el hígado. Durante la restricción, la suplementación disminuyó los NEFAs plasmáticos y la acumulación hepática de triglicéridos, esta última en cerca del 50% en el grupo tratamiento en comparación con el grupo control. Además, la suplementación con RPC durante el periodo de realimentación, posterior al de la restricción, resultó en una depleción más rápida de triglicéridos hepáticos.
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