LOGRAN REDUCIR EL EXCESO DE GRASA SATURADA EN LA LECHE MEDIANTE SUPLEMENTACIÓN DE LA VACA

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REDUCIR EL EXCESO DE GRASA SATURADA EN LA LECHE

Investigadores del INTA Balcarce redujeron la presencia de los ácidos grasos saturados en la leche de vacas alimentadas en condiciones de estabulación, sin acceso a forraje fresco, y obtuvieron un aumento de ácidos grasos benéficos para la salud bajo este modelo productivo.

La investigación permitió reducir la presencia de los ácidos grasos saturados en la leche, cuyo consumo excesivo es juzgado como perjudicial para la salud, y aumentar la presencia del ácido linoleico conjugado (CLA) que presenta promisorias propiedades protectoras sobre la salud cardiovascular y la prevención de ciertos tipos de cáncer. Se logró a través del aporte suplementario de ácidos grasos poliinsaturados en la dieta de vacas lecheras.

Los investigadores Gerardo Gagliostro y Liliana Antonacci, de la Estación Experimental Agropecuaria Balcarce del INTA y responsables del trabajo, indicaron que «la clave está en el alimento de las vacas» para reducir «el exceso de grasa saturada y aumentar la presencia de los ácidos grasos benéficos de la leche como el CLA y los ácidos grasos de la serie omega-3, que los médicos reconocen como más saludables».

El estudio publicado recientemente en la Revista del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), y realizado en el Tambo Industria Talar en Laguna del Sauce -Punta del Este, Uruguay-, permitió «obtener una leche de mayor valor saludable para consumo directo o para elaboración de productos lácteos como quesos», indicó Gagliostro. Trabajaron con vacas lecheras de raza Holstein en condiciones de alimentación estabulada que resultan

predisponentes a obtener una leche con «exceso de grasa saturada y una deficiencia en los ácidos grasos saludables», explicó el investigador.

El aporte suplementario de ácidos grasos poliinsaturados permitió «incrementar el valor saludable de la leche producida en un sistema de alimentación estabulado, donde se pudo mantener una adecuada relación omega-6 y omega-3 en la leche y confirmar la plasticidad en la composición de los ácidos grasos constitutivos de la grasa láctea», reconoció.

Como continuidad de la línea de investigación que permitió obtener la leche UAT-CLA, un producto que hoy se comercializa a través de un convenio de transferencia de tecnología con las empresas Verónica S.A y la PyME Prodeo SRL de Chivilcoy -Buenos Aires-, la investigación fue extrapolada a un sistema de producción estabulado «sin pasto y donde las vacas lecheras consumen raciones completamente mezcladas».

Según Gagliostro -foto-, el exceso de grasas saturadas es una característica asociada tanto a las carnes como a las leches producidas por animales rumiantes.

«El pasto fresco de calidad presenta ácidos grasos poliinsaturados como el alfa-linolénico que son saludables, pero las raciones de corral diseñadas para producciones de carne y de leche carecen de estos compuestos benéficos y resultan sistemáticamente bajas en CLA», indicó Gagliostro.

“La alimentación es la herramienta más rápida y efectiva al alcance del productor para modificar el perfil graso de la leche en un sentido favorable y en consonancia con los actuales conceptos sobre salud humana y prevención de enfermedades crónicas no transmisibles”, expresó Liliana Antonacci, quien realiza su tesis doctoral en el tema.

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