NECESIDADES DEL TERNERO RECIÉN NACIDO
Autor/es: Manuel Campos MVZ, MSc, PhD. Profesor Adjunto, Department of Veterinary Microbiology, Western College of Veterinary Medicine, University of Saskatchewan, Saskatchewan, Canadá y Asesor Técnico de SCCL, Saskatoon, Saskatchewan, Canadá
Introducción
La transición del medio uterino al medio ambiente exterior ya sea un corral o el potrero es probablemente el ajuste más estresante en la vida de un ternero. El conocimiento y manejo de esta etapa de transición es fundamental en la cría exitosa de terneros. Fallas en el manejo en esta etapa tan crítica es probablemente una de las razones más frecuentes de problemas de alta mortalidad y de baja producción a largo plazo. Sin embargo, ésta es un área de manejo que es frecuentemente delegada a una prioridad secundaria.
En este documento nos enfocaremos a describir los requerimientos ambientales, metabólicos e inmunológicos necesarios para una adaptación exitosa del recién nacido al medio ambiente extrauterino. Al mismo tiempo mencionaremos algunas practicas de manejo que pueden ayudar a cumplir cada uno de esos requerimientos. Por ultimo pero de igual importancia discutiremos los riesgos que asechan la bioseguridad del hato lechero durante esta primera etapa de la vida de un ternero.
Los siguientes pasos se deben considerar necesarios durante la supervisión del parto:
- Estar presente/atento durante el parto
- Monitorear el progreso del parto y asistir si es absolutamente necesario
- Evaluar signos vitales inmediatamente después del nacimiento
- Estimular la respiración y circulación
- Asistir al ternero a tomar posición de decúbito esternal si es necesario
- Corregir acidosis (bicarbonato de sodio) si es necesario
- Desinfectar ombligo
- Alimentar con calostro
- Corregir hipotermia si es necesario
Requerimientos ambientales en el área de maternidad
Se recomienda que las vacas preñadas sean ubicadas en una área dedicada a la maternidad por lo menos 24 horas antes del parto. Idealmente, el área de maternidad debe ser diseñada para partos individuales. Lo cual no solo ayuda a reducir el riesgo de transmisión de enfermedades de las vacas a los terneros recién nacidos (brucelosis y tuberculosis) sino también ayuda a reducir y la incidencia la mastitis y el recuento de células somáticas altas (Anderson and Bates 1983, Barnouin et al. 2004), metritis (Anderson and Bates 1983) en vacas en ordeño, y la morbilidad y mortalidad de terneros (Anderson and Bates 1983 and Bewley et. al. 2001). El hecho de tener una área dedicada a la maternidad también facilita la supervisión de la vaca durante el parto y asistir la labor de parto si fuese necesario. La supervisión de partos nocturnos es un poco mas complicada y requiere de un velador capacitado en la atención de partos y terneros. Frecuentemente esto no es factible o rentable. Sin embargo se ha demostrado que un cambio en la rutina de alimentación durante el preparto disminuye significativamente el porcentaje de partos nocturnos. Cambios de hora de alimentación de la mañana a la tarde noche provoca que más vacas inicien la labor de parto durante el día causando que aproximadamente 80% de los terneros nazcan durante el día (Torell et al).
Áreas de maternidad que alojan vacas preñadas en grupo son muy frecuentes, desafortunadamente no son recomendadas ya que este tipo de manejo de vacas preñadas ha sido asociado con estadías más prolongadas de las vacas en áreas de parto (USDA Project report 1993), lo que aumenta la contaminación fecal del medio ambiente y la exposición a un mayor desafío de patógenos para el ternero al nacer (Bewley et. al. 2001).
Un ambiente altamente contaminado a la hora del paro también incrementa la probabilidad que el ternero sufra las consecuencia de una infección umbilical.
De hecho, higiene del área de maternidad se considera el factor principal en la prevención de la enfermedad del ombligo (onfaloflebitis). El riesgo de infección es mas alto si los terneros nacen y permanecen por mucho tiempo en un área altamente contaminada con material fecal. Hatos con problemas del ombligo graves deben mejorar la higiene y manejo en el área de maternidad e implementar practicas de desinfección del ombligo. Por otro lado, existe controversia acerca de las practicas de manejo para prevenir infección del ombligo, en algunos estudios, la antisepsia ombligo no ayudo a prevenir omphalitis (Miessa et. Al. 2003, Mee and Navel 1990) o el riesgo de mortalidad de los terneros fue significativamente menor después del uso de clorhexidina, en comparación con yodo o ningún cuidado; en ese estudio en el uso de yodo aumento el riesgo de mortalidad (Waltner-Toews et. al. 1986). Sin embargo, un estudio en potros comparando inmersión de yodo (1%, 2% y 7%) o de clorhexidina (0.5%) concluyó que la clorhexidina y 7% de yodo son los más efectivos en la reducción de crecimiento bacteriano (Lavan et al 1994). Ocasionalmente el yodo puede irritar la piel adyacente y contribuir a omphalitis aséptica (Madigan and Lavan 1992).
Requerimientos metabólicos del ternero recién nacido
El inicio inmediato de procesos metabólicos es obviamente un requisito elemental para sobrevivir la transición del ternero de un ambiente enteramente dependiente de la madre a un medio ambiente donde los procesos metabólicos y respiratorios propios del ternero deben de funcionar para poder suministrar las demandas de oxígeno y energía de los tejidos y para mantener la homeostasis y la temperatura corporal.
Por esto, inmediatamente después del parto, las crías deben ser colocadas en decúbito esternal para facilitar una buena ventilación. La nariz y la boca deben ser liberados de fluidos y/o obstrucciones usando la mano o por aspiración. Se ha demostrado que el asistir a los terneros a mantener una posición de postración en la que estén “sentados” y apoyados en el esternón y no en los costados y el ayudarlos a pararse y apoyarse en las patas traseras durante un mínimo de 90 segundos inmediatamente después de nacimiento tiene un efecto positivo en la función pulmonar y en la corrección de la acidosis metabólica normalmente presente en el recién nacido (Uystepruyst et al. 2002). El simple acto de asistir al recién nacido a adquirir estas dos posiciones facilitara su adaptación al nuevo medio ambiente. Los mismos estudios han demostrado que el hecho de ayudar a los terneros a obtener posiciones corporales que promueven respiración y el metabolismo más adecuado también favorece la trasferencia de inmunidad pasiva después de la ingestión de calostro (Uystepruyst et al. 2002).
Seguidamente el ternero debe ser estimulado vigorosamente frotando alrededor de la cabeza y/o el cuerpo, y colocando un dedo en la nariz o presionando la faringe. La falta de respuesta a estos estímulos o la incapacidad de la ternera para permanecer estable en decúbito esternal después de 10 minutos es indicativo un pronóstico reservado. Actividad convulsiva, que se caracteriza por movimientos anormales del ojo, remar de extremidades y berridos constituyen un pronóstico malo.
Lo que podemos esperar si el nacimiento es normal sin asistir es lo siguiente:
- Reflejo de enderezamiento de la cabeza sucede casi inmediatamente después delnacimiento
- Decúbitoesternalpocodespués(unoscuantosminutos)
- Losprimerosesfuerzosparaponersedepieocurrende15a30minutosdespuésdedecúbito esternal (promedio de 31.8 +20.2 minutos)
- La temperatura rectal (39.2± 0.2 °C), el pulso (193 ± 28 lpm), y la frecuencia respiratoria (55.0 ± 9.2 rpm).
- Iniciaamamar60+27.4minutos
Estos parámetros se prolongan en terneros que tuvieron dificultades al nacer (tracción leve o moderada, mala presentación, cesárea) y que probablemente sufrieron y anoxia al nacer. Dependiendo de la severidad del caso terneros con anoxia al nacer tienen intervalo de ponerse de pie de 89.7 ± 77.6 minutos y un intervalo de iniciar a mamar de 137.5 ± 99.8 minutos (Adam et al. 1995).
Terneros nacidos de partos difíciles suelen demostrar acidosis metabólica, la concentración de lactato elevado, y otros parámetros clínico-patológicos indicativos de la asfixia neonatal.
En condiciones de campo el grado de acidosis se puede determinar mediante una puntuación de vitalidad (V) como sigue (Szenci 1982):
V-III = Normal.
V-II = Bajo tono muscular, decúbito abdominal con necesitan ayuda para soportar para la cabeza levantada, y el número y la intensidad de los movimientos reflejos esta disminuida.
V-I= Falta de tono muscular, cabeza caída, las extremidades extendidas.
V-0 = Nació muerto.
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