PROPONEN CAMBIOS PROFUNDOS EN LA NUTRICIÓN DE RUMIANTES

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PROPONEN CAMBIOS PROFUNDOS EN LA NUTRICIÓN DE RUMIANTES

Gracias al manejo de la dieta, ovejas y vacas podrían emitir a la atmósfera menos cantidad de metano, un gas potente de efecto invernadero. Un salto cualitativo en elonocimiento sobre el sistema digestivo y la alimentación animal.

POR: PABLO ROSE

Las nuevas técnicas de secuenciación de ADN revelaron que la microbiota del rumen es mucho más diversa que lo que se pensaba. Por eso, en nutrición de rumiantes hoy se encuentran bajo revisión aspectos básicos que se antes se daban por sentado. Foto: shutterstock.com

SLT-FAUBA) Por medio de nuevas técnicas de biología molecular, investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) pudieron identificar la totalidad de los microorganismos presentes en el rumen de las ovejas. Con esta información, y experimentando con alimentos de diferente calidad nutricional, concluyeron que con un adecuado manejo de la dieta es posible reducir el impacto de la producción pecuaria sobre el calentamiento global.

“El manejo de la dieta es clave para que los rumiantes emitan a la atmósfera menos cantidad de metano”

“Tenemos una línea de trabajo muy fuerte sobre las interacciones entre la dieta, el ambiente y los microorganimos que viven en el rumen de las ovejas y de las vacas, tanto lecheras como de carne”, señaló Alejandro Palladino, docente de la cátedra de Producción Lechera de la FAUBA e investigador del Conicet.
Palladino comentó que comenzó sus investigaciones en el país hace algunos años, tras regresar de Irlanda, donde realizó su doctorado. “Estudiamos la relación entre distintos tipos de alimentos que le aportan energía a estos animales, sobre todo pensando que la mayor parte de la lechería en la Argentina se lleva adelante en sistemas pastoriles con suplementación de granos de maíz, afrechillos, etc., que generan diferentes respuestas en los microorganismos del rumen. Por eso, en conjunto con la gente del Teagasc (el INTA de Irlanda) identificamos por su ADN al total de las bacterias que allí vivían, en todas las ovejas de nuestro experimento”.
Los rumiantes digieren los alimentos con más o menos facilidad. Aquellos menos digeribles, como la cascarilla de soja, crean en el rumen condiciones que promueven el desarrollo de bacterias productoras de metano.
Los rumiantes digieren los alimentos con más o menos facilidad. Aquellos menos digeribles, como la cascarilla de soja, crean en el rumen condiciones que promueven el desarrollo de bacterias productoras de metano.

“Encontramos cosas muy interesantes, como que la alimentación controla la diversidad de microorganismos en el rumen. Aquellos animales que consumen granos de maíz, que se digieren más fácilmente, desarrollan microbiomas menos diversos que los que comen, por ejemplo, cascarilla de soja, que se digiere con más dificultad. En este último caso, aparecen en escena muchas bacterias relacionadas con la emisión de metano, un gas de fuerte efecto invernadero. Por eso, los rumiantes que comen cascarillas serían más propensos a producir metano”, explicó el investigador.

Alejandro también profundizó en otros aspectos relacionados a la alimentación de rumiantes. “Evaluamos animales que comían la misma dieta, pero a distintas tasas de consumo. Descubrimos que cuando el rumiante come poco, el alimento pasa más lentamente por su sistema digestivo, tiene menor empuje. Como el alimento permanece más tiempo en el rumen, se desarrollan bacterias de crecimiento lento, productoras de metano en muchos casos, que bajo otra situación no crecerían. Mi mensaje es que hay que manejar la dieta para que los rumiantes coman lo más que se pueda y así reducir la cantidad de metano por litro de leche o kilo de carne producido”.

Un nuevo paradigma. Palladino comentó que a la luz de los avances de la biotecnología, muchos aspectos de la nutrición de rumiantes están actualmente bajo revisión. “Hoy, la cantidad de especies de bacterias que podemos identificar en el rumen es inmensa. Incluso, muchas son totalmente desconocidas: están allí, son diferentes y no sabemos qué hacen. Hace falta un gran trabajo de clasificación”.

En este sentido, Alejandro consideró que la investigación en esta área se encuentra ante un cambio de paradigma. “Ya casi no nos interesan las bacterias individuales; más bien estudiamos cómo cambian las comunidades bacterianas. Y esto es así porque muchas veces una bacteria desaparece, pero otra toma su lugar y pasa a cumplir su misma función. Ya no nos focalizamos tanto en especies, sino en los grupos de microorganismos que funcionan de manera similar. En este momento estamos dando un salto cualitativo ennuestra capacidad para rever e investigar todas estas cuestiones”.

Dime con qué bacterias andas…

“Los primeros grupos que empezaron con estas técnicas investigaban las relaciones entre distintos microorganismos y ciertos aspectos de la salud humana como el funcionamiento gastrointestinal o el manejo de la ansiedad y del estrés”, dijo Palladino, y agregó: “Los primeros trabajos muestran que la comunidad de bacterias del intestino influye mucho en los niveles de ansiedad. Algo que allá por el 2010 no se sabía era si esa comunidad era causa o consecuencia del mal humor. Hoy sabemos que los microorganismos son causantes de varios aspectos relacionados con el manejo del estrés y la ansiedad”.

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