COJERAS
Las cojeras en el bovino lechero son un grupo de afecciones que, por su repercusión en la función locomotora y por el agobio que el dolor producido supone, merman la capacidad productiva de las vacas, el mantenimiento de condición corporal, la fertilidad e inducen al envejecimiento precoz. Incluso, las cojeras agudas complicadas pueden implicar el sacrificio urgente de la vaca.
En cada caso, la interacción de diversos factores de riesgo hacen que, ante un cúmulo de circunstancias se produzca la lesión y, en consecuencia, la cojera. Existe una relación importante entre la alimentación y las cojeras, interviniendo mucho los cuidados (si es que lo hay) a las pezuñas, así como la higiene general del establo y otros factores como la concentración de ganado, la genética, los facto- res climáticos (humedad), las instalaciones, el manejo y el pastoreo, la edad de los animales, el nivel y la fase de producción y, por último, el factor humano: la capacidad técnica del ganadero y del personal que lo apoya.
FACTORES DE RIESGOS
Las cojeras, entendidas como problema de rebaño, son consecuencia de la interacción de diferentes factores de riesgo que, cuando alcanzan un punto crítico, desencadenan la enfermedad.
1 ALIMENTACION
Cada vez existe un mayor consenso en considerar a la alimentación como factor fundamental en el desarrollo de problemas podales. Las manifestaciones de úlceras palmares y abscesos de línea blanca abar- can casi la mitad de los casos de cojeras, ambos son consecuencia de la incapacidad del corion para producir una pezuña de calidad y la alimentación es un factor de gran influencia en ello.
La laminitis aguda es causa de únicamente 2% de lesiones. Esta se asocia habitualmente con toxemia o exceso de ingestión de cereales y acidosis ruminal.
La laminitis aguda es causa de únicamente 2% de lesiones. Esta se asocia habitualmente con toxemia o exceso de ingestión de cereales y acidosis ruminal.
Lesiones traumáticas por penetración de cuerpos extraños pueden confundir ya que, generalmente, la causa primaria es un casco de pobre calidad que permite la penetración de esos cuerpos extraños y, sobre esta calidad del casco, puede tener influencia la alimentación.
El aumento de cojeras que se observa en el periodo de posparto puede ser achacado al aumento brusco de suministro de concentrado. La ingesta de grandes raciones de concentrado y una baja ingesta de forraje, aumentan el riesgo de las cojeras. Esto suele presentarse al principio de la lactación, cuando la vaca esta en su pico de producción y tiene una ingesta reducida de materia seca, especialmente si la vaca pare demasiado gorda. En este caso queda reducida la parte de forraje de la dieta.Los almidones y los azúcares se asocian con las lesiones podales. Los carbohidratos de fermentación rápida producen ácidos en el rumen. La toma de gran cantidad de concentrados en una sola comida implica el deterioro ácido de la pared del rumen y la liberación de toxinas por la destrucción de las bacterias ruminales ante el pH tan bajo. La caída del pH es mayor con el suministro de almidones y azúcares de rápida degradabilidad que con los de degradabilidad más lenta. El pH permanece más estable si la vaca come fibra de ensilado larga, heno o paja, al mismo tiempo que el concentrado en la ración integral (TMR) La proteína de rápida degradabilidad ruminal también se relaciona con las cojeras podales.
Las dietas bajas en fibra o altas en azúcares digestibles y proteína producen heces líquidas, por lo que el suelo de los pasillos queda cubierto de estiércol de consistencia parecida al puré lo que, a su vez, estimula la proliferación de microorganismos y reblandece al casco, por lo que éste es fácilmente penetrado por cuerpos extraños y atacado por agentes patógenos.
Para prevenir la laminitis y el riesgo de cojeras, se deben seguir pautas alimentarias básicas:
- Formular raciones que se apeguen lo máximo a las recomendaciones del NRC para la fibra ácido detergente (ADF) y la fibra neutro detergente (NDF).
- Las raciones deberán contener un mínimo de 18% a 21% de NDF procedente del forraje. Los silos deben ser picados de modo que contengan 25% de partículas mayores de 5 cm de largo.
- Si los silos se pican demasiado fino, se debe considerar el añadir 2.5 a 4.5 kg de heno largo por vaca y día.
- No exceder del 35% al 40% de carbohidratos digestibles en la ración dependiente de la fuente de grano.
- Controlar la fermentabilidad ruminal de los carbohidratos digestibles suplementarios con la sustitución parcial de cebada por maíz y/o la inclusión de fuentes de fibra de alta digestibilidad como pulpa de remolacha, soya o semilla de algodón en el concentrado.
- Suplemento de buffers al principio de lalactación. Se recomienda añadir un 0.75% de bicarbonato sódico del total de la materia seca de la ración.
- En rebaños a los que se les suministran forrajes y concentrados por separado, suministrar los concentrados al menos 3 o 4 veces al día y controlar la ingesta de forrajes para asegurarse que la relación concentrado forraje sea de 50:50 y no exceda de 55:45 y aumentar gradualmente el suministro de concentrados a las vacas durante las primeras seis semanas de lactación.
- Proporcionar una ración preparto máximo dos semanas antes del parto, favoreciendo el consumo de concentrado por encima de 0.5% a 0.75% de su peso corporal o 3.5 a 5 kg por vaca y día.
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