DANDO MÁS LECHE Y JUNTANDO LAS TERNERAS CRECEN MÁS Y SERÁN VACAS MÁS PRODUCTIVAS
Entrevista a Iván Ansia Vázquez, investigador gallego de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos. Impartió en las últimas jornadas de SERAGRO una ponencia sobre la socialización de las becerras y su alimentación. Nos explica en esta entrevista como hacer una mejor recría.
Iván Ansia Vázquez es veterinario y actualmente trabaja como asistente de investigación en la Universidad de Illinois (EE. UU.). Participó el mes pasado en las Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche de SERAGRO con una ponencia sobre nutrición y socialización de la recría para lograr una lactación másproductiva.
Su campo de trabajo en este momento dentro del doctorado en Nutrición Animal se centra en una serie de experimentos para comparar la digestibilidad intestinal de diversos ingredientes para lactoreemplazantes y piensos de iniciación para terneras.
¿Cómo surgió tu interés por la ganadería de vacuno y, en concreto, por lampor la recria?
Pues surgió gracias a mi abuelo quien me transmitió su pasión por el ganado y que hizo que pasar los veranos ayudándole en su pequeña granja en Dozón, fuera unaauténtica diversión cada día.
Mi interés por la recría fue reciente, por mi afán de aprender cosas que no sé, pues me surgió la oportunidad de llevar a cabo en Estados Unidos una serie de proyectos de investigación con becerras lactantes y no dudé en aceptar.
“En las primeras 2 semanas de vida debemos darle a la ternera entre 6 y 8 litros de leche.
¿Cuáles son las principales carencias que sigues detectando a la hora de hacer la recría?
En tu ponencia hablaste de dos claves de la crianza de las novillas: la alimentación y el proceso de socialización. En cuanto al primero, hasta hacempocos años se recomendaba limitar la leche durante las primeras semanas y se intentaba que lambecerra empezara a consumir pienso lo antes posible. ¿Cuáles son las últimas recomendaciones en cuanto a alimentación de las terneras y en que se justifican?
Las más recientes publicaciones muestran que debemos hacer exactamente al revés de lo que en el pasado se estaba recomendando. Es decir, debemos maximizar la ingesta de leche en las primeras semanas de vida. Tan sólo por incrementar la ingesta de leche en las primeras 2 semanas de 4-5 a 6-8 litros de leche al día podemos conseguir 1.74 kg más de peso, con 110 gramos por día más de ganancia a las 3 semanas de vida.
La clave está en que a pesar de que restrinjamos el consumo de leche durante las primeras 3-4 semanas, las terneras no van a incrementar nunca el consumo de pienso pues su sistema digestivo y el metabolismo no está preparado para ello.
La leche es el único alimento para sustentar el crecimiento durante esas primeras semanas de vida.
Por eso, el sistema denominado “step-down” está ganando popularidad. Este consiste en ofrecer leche al 20% del peso vivo (8-9 litros por día) en los primeros 30 días de vida, y después bajar al 10% (6-7 l/d) hasta el destete. De esta manera conseguimos maximizar el crecimiento en las primeras semanas de vida y posteriormente fomentar la ingesta de alimento sólido en el segundo mes.
Este método consigue reducir el estrés fisiológico del destete y logra maximizar la ingesta de proteína y energía a través de la leche y el pienso durante la lactancia, consiguiendo mayores velocidades de crecimiento, lo cual está positivamente correlacionado con una mayor producción de leche en la primera lactación.
Pero tan importante como la cantidad de leche es cómo se le da. ¿Qué pautas debemos seguir?
La temperatura de la leche o lacto-reemplazante debería estar entre 39 y 42 °C a la hora de ser ofrecida. Este parámetro es importante por varios motivos: cada fabricante de lacto-reemplazante tendrá sus específicas recomendaciones en cuanto a temperatura de mezcla para su producto y debemos seguirlas pues de lo contrario, los nutrientes (grasa y proteína) no serán disueltos adecuadamente y su absorción se verá afectada negativamente.
Por otro lado, una correcta temperatura de la leche evitará gastos de energía innecesarios por parte del metabolismo de la becerra para ajustar la temperatura una vez ingerida; estimulará el consumo de leche e incluso fomentará el cierre de la gotera exofágica, lo que evitará que la leche entre en el rumen provocando trastornos digestivos.
En cuanto a la altura, una altura tanto de la tetina como del caldero que provoque una colocación natural (ni muy alta ni muy baja) de la cabeza, será la idónea.
“Una alta ingesta de leche no provoca diarrea en la becerra, todo lo contrario”
¿Puede provocar diarrea esta alimentación de las becerras intensiva en leche?
Definitivamente no. De hecho, todo lo contrario, pues altas ingestas de leche en las primeras semanas de vida mejoran la respuesta del sistema inmunitario e incrementan la resistencia a patógenos infecciosos.
Un error común a la hora de alimentar con altos volúmenes de leche (20% del peso vivo), es la “sobre-diagnosis” de diarrea. Con una mayor ingesta de agua a través de la leche, habrá más agua en los excrementos, lo que nos llevaría a pensar que la leche esta causando diarrea pero la realidad es que simplemente son excrementos más sueltos/líquidos. Las diarreas que sí pueden causar problemas tienen un origen infeccioso y otros factores de manejo (encalostrado, higiene, programa de vacunación.., etc) son los responsables de su alta o baja incidencia.
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