EN VACUNO LECHERO GANADERÍA DE PRECISIÓN
La estructura de las granjas de vacuno de leche ha cambiado sustancialmente en los últimos 20 años, lo que ha conducido a un menor número de explotaciones, de mayor tamaño, más intensivas y con un mayor rendimiento por animal. Cuanto mayor es el tamaño del rebaño menor es la posibilidad de una observación e identificación individualizada de los animales, por lo que el ganadero debe apoyarse en el uso de las nuevas tecnologías (TIC), que no sólo le pueden ayudar a evitar trabajos pesados y repetitivos, sino también a gestionar el rebaño, a detectar precozmente cualquier anomalía, a favorecer un ordeño rápido y seguro para el animal, o a alimentar a cada animal según sus necesidades y, por ello, de forma más eficiente.
Antonio Callejo Ramos. Dr. Ingeniero Agrónomo, Dpto. de Producción Animal-EUIT Agrícola-UPM.
Por otra parte, en la producción intensiva de leche se ven con creciente preocupación el impacto ambiental de las granjas, la incidencia de patologías de diverso tipo (mamitis, cojeras, etc.), el bienestar de las vacas y la seguridad alimentaria, a la vez que hay que cumplir con una prolija normativa en las cuestiones citadas y en otras.
En consecuencia, es preciso que las granjas de vacuno de leche (en general, todas las explotaciones ganaderas) asuman nuevos desafíos y afronten el futuro mediante una correcta modernización de sus instalaciones y un uso intenso de nuevas tecnologías, tanto las que ya están disponibles como las que están por llegar, con el fin de gestionar mejor el conjunto de su explotación a través de una mejor gestión individual de cada animal.
Tenemos múltiples ejemplos de estas tecnologías, como los retiradores automáticos de pezoneras, que evitan el sobreordeño y tienen un efecto positivo, por tanto, sobre la salud de la ubre y sobre la productividad. O los dispositivos que miden la actividad del animal (p.ej. podómetros) y permiten mejorar considerablemente la tasa de detección de celos y, por ello, los resultados reproductivos, al disminuir los costes de inseminación, reducir el intervalo entre partos y una mayor duración de los animales al minorar la eliminación involuntaria por problemas reproductivos que pueden no ser tales, sino simplemente un problema de detección de celos. El uso de sistemas electrónicos en la producción de leche ofrece otra ventaja, como es la de poder documentar la información relativa a las vacas. Así es posible disponer en todo momento y de forma inmediata de datos actualizados, lo que es indispensable en el caso de los sistemas de aseguramiento de la calidad.
En los últimos años muchas explotaciones están tomando la decisión de crecer y aumentar el número de animales en ordeño con el fin de aprovechar los beneficios de la economía de escala, y tratar de compensar con mayor volumen de producción los cada vez más estrechos márgenes de beneficio. Sin menoscabo de esta alternativa, en la Unión Europea hay miles de explotaciones familiares que no quieren ser más grandes para no tener que emplear mano de obra externa o que, simplemente, no pueden crecer por la falta de tierra para la producción de alimentos, por la escasez de financiación, o por ambas cuestiones. Y también debemos darles una respuesta para su supervivencia, la cual pasa por una intensa mejora de la eficiencia productiva: producir lo mismo con menos o producir más con lo mismo.
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