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MANEJO DE LA RECRÍA EN UNA EXPLOTACIÓN DE VACUNO LECHERO

OEA Por OEA Oct18,2018

 

 

LA RECRÍA EN UNA EXPLOTACIÓN DE VACUNO LECHERO

Debido a la situación actual en la que nos encontramos con una disminución del número de explotaciones así como de animales, un incremento de vacas por granja y un aumento de productividad de las mismas, nos vemos en la obligación de preguntarnos si realmente somos eficientes en nuestra actividad y sobre todo si hacemos las suficientes valoraciones de futuro.
En nuestro negocio tenemos que asumir un riesgo añadido que es el de trabajar con algo tan dinámico como es la biología, y los peligros a los que estamos expuestos hemos de minimizarlos en la medida de lo posible. Nos preguntamos, si vale la pena asumir los riesgos de adquirir animales de otras explotaciones en las que la mayoría de las veces desconocemos su estado sanitario real. Los problemas que nos podría acarrear la entrada por ejemplo de una determinada enfermedad desbaratarían todas nuestras previsiones de futuro e incluso conseguirían hacernos cesar en nuestra actividad. Las normativas de trazabilidad exigidas actualmente a los productores de alimentos y la aplicación de las distintas medidas de bioseguridad que a veces nos pueden resultar demasiado complejas de ejecutar y con un gasto económico importante añadido, nos hacen pensar en plantearnos como inversión de futuro lo que representa la cría de novillas.

Para ello hemos de trazarnos una serie objetivos.

-¿Que necesidades de reposición tenemos? Normalmente, será de aproximadamente un 35%.Esta valoración, la realizaremos en función de la eliminación prevista de animales tanto de forma involuntaria como voluntaria, del intervalo entre partos existente en nuestra explotación, la edad al primer parto y del porcentaje de muertes en la recría.
-¿Que edad deberían tener las novillas al primer parto? Entre los 23 y 25 meses.
El aumentar la edad al primer parto incrementa el coste de la recría por varios motivos como son: un mayor tiempo de permanencia en la etapa de recría, un mayor número de novillas en el rebaño y una disminución del potencial futuro productivo.
– Hemos de obtener animales sanos, longevos y con una expresión del propio genotipo lo más elevada posible.
Una vez establecidos los objetivos, tendremos que valorar lo problemas existentes. (Ver cuadro 2)
-¿Tenemos las suficientes medidas de seguridad tanto externas como internas para delimitar la entrada o propagación de una determinada enfermedad?
-¿Disponemos de una infraestructura suficiente y un número de personal adecuado para facilitar el manejo de los animales?
-¿Podemos distribuir a los animales en diferentes lotes por tamaño o edad para realizar una alimentación adecuada en las distintas etapas de crecimiento?
-¿La alimentación que recibe la recría es la realmente idónea para conseguir el máximo desarrollo de la misma? Entendiendo que las novillas lleguen con un peso al posparto de 540 a 570kg,. con una altura a la cruz mínima de 137 cm., con una composición corporal adecuada de puntuación 3.25-3.5 y preservando el estado idóneo del desarrollo apropiado de la glándula mamaria.
-¿Los animales tienen un confort adecuado? -¿Disponemos de instalaciones apropiadas?
-¿Que enfermedades habitualmente existen en la granja?
-¿Contra que enfermedades deberíamos protegernos?
-¿Que tipo de alimentación es la correcta?
-¿Tenemos tiempo para realizar una observación apropiada del comportamiento de los animales?
-¿Que gastos económicos soportamos al aplicar todos los puntos anteriormente citados? (Ver cuadro 7)
-¿Que beneficios obtenemos a cambio? (Ver cuadro 9 y 10)

El motivo de este artículo será intentar explicar de una manera escueta, la importancia, complejidad y nivel de especialización que requiere el manejo de la recría en una explotación de vacuno de leche y hacernos reflexionar, si realmente somos capaces de ser eficientes en obtener una reposición óptima que nos garantice una futura ganancia económica o por el contrario debemos dejar la recría de nuestras explotaciones en manos de centros expertos en estas cuestiones.
En un principio hemos de actuar sobre las madres para obtener animales sanos, disminuir la mortandad en los partos y en los primeros meses de vida.
En la etapa fetal tiene una gran importancia el desarrollo del timo ya que va a condicionar el desarrollo posterior del sistema inmunológico y cualquier motivo que disminuya el desarrollo del mismo, va a determinar la respuesta inmune de la futura cría.
No olvidemos, que el timo antes de involucionar es el encargado de producir los linfocitos T que tienen un papel fundamental tanto en la inmunidad de tipo celular como en la humoral.
Si las madres se encuentran en situaciones de estrés, también el feto soportará estrés, en respuesta a este estado, habrá un aumento de corticosteroides en la sangre materna lo que será causa de una hipoplasia tímica. Otra de las causas de una disminución del desarrollo del timo, será la deficiencia de Zn en la dieta durante la gestación, ya que el Zn, forma parte de la estructura de la hormona factor tímico sérico. Las vacas sometidas a situaciones de estrés no son capaces de realizar sus funciones metabólicas adecuadamente y sufren un estado de inmunodepresión importante que las predispone a las diferentes enfermedades lo que conlleva a nacimientos de terneros prematuros, débiles, enfermos o muertos.
Resumiendo, debemos evitar en la medida de lo posible, todo aquello que pudiera provocar estrés en las madres como es la deficiencia en el manejo y todo lo que ello comporta, alojamientos inadecuados, nutrición desequilibrada o insuficiente, hacinamiento de animales etc.
Cuando nos referimos al Cow Confort, hablamos casi exclusivamente de la vaca en lactación olvidándonos de las necesidades de las vacas secas, estas precisan amplios espacios de terreno donde puedan realizar ejercicio, con zonas de comedero y bebederos suficientemente espaciadas, con habitáculos limpios y cómodos, comederos con suficientes espacio y a la sombra, suelos no resbaladizos, echaderos amplios y cubiertos, agua de bebida limpia y fresca con características físico-químicas y microbiológicas de potabilidad apropiadas etc.…
Recordamos por ejemplo, que la mayor parte de las infecciones de la ubre se producen en las dos semanas posteriores al secado y en las dos semanas previas al parto. Las futuras madres deben de llegar al secado en un óptimo estado de salud, (arreglo funcional de pezuñas, no existencia de mamitis,…) alimentadas correctamente (con una puntuación corporal de 3 – 3.5) y conservar este estado durante todo el periodo de secado hasta el momento del parto.
El realizar una alimentación adecuada durante el secado y preparto es fundamental para prevenir nacimientos débiles y mortandad en neonatos.
Sabemos de los mecanismos fisiológicos y metabólicos así como de los cambios morfológicos que tienen lugar antes del parto, de la necesidad de concentrar las raciones e intentar que la ingesta no se deprima durante el preparto, conocemos también algo de las necesidades, relaciones y equilibrios existentes entre los distintos minerales y vitaminas imprescindibles durante este periodo, así por ejemplo, un déficit energético en la alimentación materna traería como consecuencia un bajo peso del ternero al nacimiento, falta de desarrollo y crecimiento lento del mismo. Una falta de proteína en la dieta acarrearía el nacimiento de un ternero con inmunidad deprimida, además de terneros débiles y poco desarrollados. Deficiencias en Se conllevaría falta de desarrollo y degeneración muscular. Bajas concentraciones de vitamina A, darían lugar a periodos de gestaciones cortos, abortos, crecimiento de terneros débiles y cegueras. Niveles bajos de vitamina E dan como consecuencia animales más sensibles a contraer enfermedades, los terneros nacidos con bajos niveles de esta vitamina tienen dificultad de succionar.
Por el tipo de placentación sindesmocorial de los rumiantes, es de sobra conocida la importancia de la toma de calostros por el ternero en las primeras horas de vida, porque además de proporcionar una protección pasiva, estimula también el desarrollo inmunitario del propio ternero, aporta los primeros nutrientes al ,organismo, participa del desarrollo del tracto digestivo, estimula la funcionalidad del mismo, protege de la absorción de los microorganismos patógenos a nivel intestinal y aporta la suficiente energía para evitar hipotermias.
Pero no es suficiente saber que cantidad de calostro debemos proporcionar al ternero, como suministrárselo ni la calidad del mismo. Debemos saber manejarlo y conservarlo para evitar contaminaciones y sobre todo conocer hasta que punto realmente ha quedado protegido el ternero.
Como la mayor parte de la IgG y de la IgM del calostro procede del suero sanguíneo, podemos saber cual será la concentración de estas inmunoglobulinas en el calostro, si determinamos la cantidad de inmunoglobulinas en una muestra de sangre de la madre que esté próxima al parto. (Ver cuadro 4) Podemos utilizar el calostrómetro para darnos una ligera idea de la calidad del calostro ya que correlacionamos la densidad de este con su concentración en proteínas. No debemos fiarnos de la apariencia externa de los calostros, la textura espesa, consistencia como de miel y color amarillento, pues estos aspectos no son indicadores de la calidad. Para poder saber si realmente ejecutamos un buen encalostramiento del ternero, necesitamos de algún indicador que nos revele si ha habido una buena transferencia de anticuerpos calostrales al neonato. Se puede utilizar de manera indirecta con una tira reactiva para la detección de proteínas en la orina, pues durante la etapa de transferencia de anticuerpos calostrales, parte de ellos se eliminan simultáneamente por la misma. La proteinuria solo se produce mientras dura la transmisión de los anticuerpos calostrales. Otra manera de saber si realmente se ha encalostrado adecuadamente, sería por la determinación de las proteínas plasmáticas del ternero gracias a la utilización de un refractómetro. ; deberíamos obtener una lectura de > o = 5mg/dl. Desde las 24 horas tras el parto hasta los 7días de vida.
Hemos de prestar una atención especial a los partos mediante vigilancia de las vacas que se encuentran en el preparto. Lo más lógico, sería instaurar un horario (por ejemplo cada 3 horas) y una hoja de anotaciones de incidencias, para poder estar alerta y asistir a los partos si así fuese necesario.

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